sábado, 29 de noviembre de 2008

El Eterno Retorno


El Capitalismo.

Cada cierto tiempo la economía sube o baja, entra en un período de crecimiento o en una época de recesión; estos son los ciclos económicos y duran unos años entre una punta y otra.

Cada cierto tiempo el Capitalismo sube o baja. Cuando sube todo va bien aunque la economía suba o baje, la sociedad progresa y avanza. Cuando baja, se autodestruye, con su ansia de devorarlo todo; igual que el depresivo que no sabe qué le ocurre y con sus ataques de ansiedad puede llegar a desconectarse de la realidad e incluso a suicidarse; es lo que llamaron La Depresión.



Luego vendrá la Refundación de un nuevo capitalismo: de liberal a neoliberal, de neoliberal a... vendrán nuevas corrientes que mejoren y corrijan los errores del pasado, pero Capitalismo al fin y al cabo.

Anclarse en políticas pasadas, y que han resultado ineficaces o destructivas a la larga, no hará que salgamos de esta espiral descendente que nos dirige directamente a las fauces hambrientas del Capital.

El Capitalismo, la esclavitud del Hombre por el Dinero, tal como lo conocemos ahora, ha durado unos 70 años; igual que perduraron las teorías comunistas, la esclavitud del Hombre por el Estado, en la desaparecida Unión Soviética.

Tanto el Capitalismo como el Comunismo son dos caras de una misma moneda que sólo se mantiene de pie cuando está de canto.

El Canibalismo económico, social, cultural, ambiental, parece ser algo intrínseco en todo lo que creamos y creemos. Quizás seamos así.

Sevilla. 22 de noviembre de 2008.


jueves, 27 de noviembre de 2008

Los Burgueses de Calais

Allí están los prohombres de la ciudad, futuros héroes de Calais, desesperados por haber sido sacrificados por sus vecinos, conocedores de su aciago destino en manos de los enemigos que aguardan tras las puertas.
Caminan semidesnudos, con vergonzantes camisones raídos, y atados por sogas hirientes. Nos muestran su tormento enseñándonos que nosotros les haríamos lo mismo si estuviéramos dentro de la ciudad.






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martes, 25 de noviembre de 2008

La Sonrisa del Vampiro


Entre pesadillas sádicas; el terror gore rebosante de sangre, mucha sangre; y el sexo onírico y bestial del genio Suehiro Maruo nos aguardará para susurrarnos en la noche... "¿te quieres unir a nosotros en una juventud eterna, llena de placeres que nunca podrías ni imaginar?"

Ninguna de las imágenes que componen este manga nos dejará impasibles cuando lo abramos y nos besen las finas lineas que marcan la sonrisa de un vampiro en el dulce cuello de una ninfa virgen.

No es tanto ni tal el horror el ver a esos monstruos matar sin compasión y alimentarse de sangre, sino cuando te percatas de que hay belleza tras lo más terrible y cruel y que esta belleza atrae.

(c) Copyright de las imágenes el autor de ellas.

domingo, 23 de noviembre de 2008

La Desesperanza de Sísifo o Los Días Estériles

Sísifo a pesar de ser un rey cruel de la mitología griega también tenía su parte humana.

Como rey era avaro, egoísta, mentiroso, mataba por incrementar su riqueza; llegó a atrapar a la propia muerte, Tánatos, y engañó al mismo dios del Infierno, Hades. Fue el humano más listo, sagaz y astuto de su época.



Como hombre, aunque fuera después de muerto, está condenado a subir una gran roca por una empinada ladera pero esta siempre vuelve a su sitio y él de nuevo con ella hacia arriba; así continua hasta nuestros días y así seguirá hasta que la humanidad deje de ser como es.

En la antigüedad ningún rapsoda dejó constancia clara y definitiva del porqué del castigo. Durante siglos los estudiosos han vuelto al mito de Sísifo para poder desentrañar las raíces de lo que los griegos nos relataron: que si personifica al Sol, a las olas, al mar; que si representa el intento vano de encontrar la sabiduría... pero esas raíces son tan profundas como el alma humana y tan antiguas como el hombre.

En el S. XX el escritor y filósofo francés Albert Camus en su ensayo sobre Sísifo nos cuenta que el mito es un símbolo de lo absurdo y trágico de la condición humana. Sísifo representaba lo absurdo de nuestra vida, la futilidad e inutilidad de todos nuestro actos; somos insignificantes y no tenemos más valor que el queremos creernos. Pero Camus dejaba un momento para la esperanza que era cuando Sísifo llegaba a la cima y en esos instantes era dichoso; piensa que su mundo y su roca le pertenecen, que todo está bien como está; el esfuerzo de levantar la roca es suficiente para llenar de ánimos y aliento el corazón de cualquier hombre; es capaz de enfrentarse a su destino y vencerlo aunque sepa que todo será inútil.

Por eso Camus es un optimista al final de su ensayo: no hay ningún momento para la esperanza en el ciclo de la vida porque siempre hay que volver a subir; a veces todo el trabajo realizado en un día no te complace por la noche, ni toda una vida de trabajo gris puede satisfacer el final de tus años aunque la veas llenas de hijos, nietos o amigos. A veces pequeñas trivialidades intentan llenar ese hueco que se siente: la lectura, el cine, la fotografía, senderismo por el monte, escribir historias, escribir un blog... pero todo llega a ser insustancial, como una cortina de humo, porque todo sigue igual.

Entonces Sísifo desespera, no hay un futuro mejor, nada que se hace vale la pena, se sigue hacia el frente por no parar. Vacío y con sentimiento de soledad.

Sí, estos son los Días Estériles.



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