Allí están los prohombres de la ciudad, futuros héroes de Calais, desesperados por haber sido sacrificados por sus vecinos, conocedores de su aciago destino en manos de los enemigos que aguardan tras las puertas.
Caminan semidesnudos, con vergonzantes camisones raídos, y atados por sogas hirientes. Nos muestran su tormento enseñándonos que nosotros les haríamos lo mismo si estuviéramos dentro de la ciudad.
Caminan semidesnudos, con vergonzantes camisones raídos, y atados por sogas hirientes. Nos muestran su tormento enseñándonos que nosotros les haríamos lo mismo si estuviéramos dentro de la ciudad.
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